Del cuerpo a la mente

‘Todos los caminos llevan a Roma’

Antes de empezar a leer te animo, querid@ lector/a, a poner la atención en tu cuerpo. Cierra los ojos y observa que sensaciones físicas hay en él. Confía en el cuerpo y permítele que reajuste, que mueva, que disuelva… si es que tiene que hacerlo. Y, ahora sí, empieza a leer.

La mente, el cerebro, el raciocinio han ido ganándole terreno (sobretodo en Occidente), año tras año, siglo tras siglo, al cuerpo. La mente, y sobretodo su estatus, han sido elevados hasta tal punto que, a veces, es difícil conseguir o hacer algo sin que pase por el filtro mental. A nivel deportivo, uno de los pocos ámbitos en donde el cuerpo, por razones obvias, se mantenía en el pedestal, ha irrumpido con fuerza la psicología y el coaching deportivo. Y con ellos, se ha potenciado, también en el ámbito deportivo, el uso y entrenamiento de la mente como una parte más del trabajo que todo deportista debe realizar si quiere conseguir sus objetivos.

Quede claro de antemano que en ningún caso estoy en desacuerdo en ello. De hecho, yo mismo en mis cursos, así como en mis acompañamientos, utilizo, trabajo, me sirvo e empodero a la mente, como parte importante de todo proceso de autoconocimiento, de mejora, de aumento del rendimiento, del disfrute y el bienestar. Pues, el poder de la mente es conocido y repetido en boca de tod@s. La mente es cocreadora de la realidad. La mente influye. La mente es. La mente impacta. La mente juega, dentro y fuera de la pista. La mente tiene un papel fundamental.

De hecho, es a través de la mente que podemos influir a nuestro cuerpo. La conexión cerebro-cuerpo funciona a cada instante, queramos o no, como un todo dinámico y cambiante que puede recordar a un barco a la deriva a expensas de las inclemencias y bondades del tiempo.

‘El cuerpo y la mente son universos paralelos, todo lo que sucede en uno deja sus huellas en el otro’. Deepak Chopra.

La comprensión profunda de nuestras creencias (especialmente aquellas limitantes), la detección de pensamientos (sobretodo desadaptativos) y la gestión de los mismos, se verán, siempre, reflejadas de algún modo en y a través de nuestro cuerpo. Aquí nuestro cuerpo es un canal de expresión. Muy útil como sistema de alarma y toque de atención… para quien esté preparado para aceptarlo, eso sí! 

 

A modo de ejemplo: imagina que estás en una competición con mucho público. Imagina que tu crees (creencia) que mucho público = mucha presión. Tus pensamientos, influidos por tus creencias, serán de ansiedad. Tus emociones, debido a tus pensamientos, estarán relacionadas con el miedo. Tus acciones, por consiguiente, serán miedosas. Tu rendimiento bajo. Tu bienestar más bajo aún. Tus resultados muy por debajo de tus posibilidades. Y tu cuerpo va a expresar, a través de sensaciones físicas, este malestar, que ha sido creado (OJO!) no por la situación en sí, sino por como tu mente (y por consiguiente TU) has gestionado la situación. Puede que sientas un nudo en la garganta, cosquilleo, agarrotamiento en el brazo, contracturas en el cuello, mariposas en el estómago,… Otra vez tu cuerpo está hablando, tu cuerpo te avisa: ALARMA! S.O.S.! Que alguien (solo puedes ser tu!) me ayude!!!

Pero, puede el cuerpo hacer el camino a la inversa? Es decir, podemos a partir del cuerpo influir nuestra mente? Puede el cuerpo no solo ser un canal de expresión y reflejo mental, sinó también y además, un elemento creador y productor en sí mismo? Existe la via del cuerpo?

“Nuestro cuerpo es nosotros mismos. Somos lo que parecemos ser pero nos negamos a admirtirlo. No nos atrevemos a mirarnos. Por lo demás, ni siquiera sabemos hacerlo. Confundimos lo visible con lo superficial. Sólo nos interesamos por lo que no podemos ver”. Thérèse Bertherat

Amy Cuddy, psicóloga social estadounidense, nos dice que sí y que además tiene pruebas que lo demuestran. En su famoso Ted Talk ‘El lenguaje corporal moldea tu identidad’ nos explica que nuestra conexión cerebro-cuerpo está en continuo contacto y que puede darse a la inversa, es decir, cuerpo-cerebro.

Los estudios científicos realizados al respeto demostraron que, por ejemplo, nuestra postura influye a nuestra mente. Así, podríamos decir que entre el cuerpo y la mente se establece una especie de diálogo interno en el que se intercambian diversas informaciones, a cada instante, y que se influyen mútuamente. Los dos elementos (cuerpo y mente) son emisores y receptores a la vez, por consiguiente crean, expresan y canalizan.

De Amy Cuddy podemos añadir que son ya famosas sus posturas poderosas. Posturas que, a base de repetir y repetir, le dan la información al cerebro que estamos preparados, seguros, confiados,… que estamos bien. Quien no tiene a la cabeza la postura que adopta Cristiano Ronaldo antes de ejecutar las faltas? Aunque, bien sabido es también, que no por eso las va a meter todas, sinó que más bien va a estar en una mayor disposición para conseguirlo.

‘Nuestro cuerpo cambia nuestra mente, nuestra mente puede cambiar nuestro comportamiento, y nuestro comportamiento puede cambiar nuestros resultados’. Amy Cuddy

Si bien estas posturas pueden ser un buen punto de partida para iniciarse en la aplicación del lenguaje no-verbal, yo soy más fan de que cada uno encuentre las suyas. Te animo y te propongo que experimentes con tu cuerpo, que lo escuches, que estés presente en él, que te des y le des (a tu cuerpo) el tiempo necesario para sentir que despierta en ti cada postura, que te produce, a que te lleva, y que personalices tus posturas, te las hagas tuyas, las integres, hasta que pasen a formar parte de tu ser, de tu vida. Luego, de manera natural ya entenderás que cada postura tiene sus momentos, sus situaciones y sus usos. Pues para ti, y para tu cuerpo será diferente jugar un tie break, que recuperarse de un entrenamiento intenso, por ejemplo.

Que pasaría si fuéramos capaces de vivir, sentir, jugar y competir en el cuerpo, sin filtro mental alguno? Tu cuerpo ya sabe el que y el como, solo necesita que le sea permitido. Cuando estamos en estado de flujo, el córtex prefrontal, la parte del cerebro encargada del razonamiento, se inhibe, deja de funcionar. Cuando estamos en estado de flujo los pensamientos se paran, se aquietan. Cuando estamos en estado de flujo, la mente se clarifica, se armoniza, se diluye. Tu cuerpo toma el poder, las riendas, y a través de tu intuición natural tus capacidades y tus habilidades brillan. Mientras disfrutas de la experiencia, sintiéndote uno con todo, integrado en la acción misma que estás realizando, a partir de tu más pura esencia.

Recuerdo, hace años, cuando jugaba a balonmano tener esa sensación. Recién había marcado un gol y se me erizó toda la piel. No podía explicar como lo había hecho, donde lo había aprendido, porqué había resuelto esa jugada de ese modo, no había una explicación razonable, mental, cerebral,… simplemente mi cuerpo se había encargado de todo, simplemente le había dado el poder.

Y eso es posible porque tenemos una gran memoria kinestésica. Quien aprendió a ir en bici, ya sabe para toda la vida. Nuestro cuerpo almacena gestos y movimientos que, una vez automatizados, podemos repetirlos sin pensar ni poner la atención en ellos.

“Todos tenemos un tigre en el cuerpo, incluso aquellos que lo ignoran. Un tigre vivo, poderoso y muy bello. Está en su guarida, en un lugar preciso; sin embargo, los manuales de anatomía sólo lo muestran dividido en partes, despedazado, irreconocible”. Thérèse Bertherat

El cuerpo es para mi un refugio en donde encontrar el confort, el centramiento y la serenidad, incluso en aquellos días en que la tormenta más arrecia. Cuando las cosas no van como me gustaría, estar presente en mi cuerpo me proporciona información, me ancla al momento presente y a la tierra, me da cobijo, claridad, me empodera. Al poner la atención en el cuerpo, el canal mental se corta, se aquieta, pues no podemos estar a la vez en el canal sensorial (cuerpo) y en el mental. Al estar presente en el cuerpo todo se simplifica, se armoniza, se clarifica, y la situación se vuelve, de este modo más manejable. Y sé, que si confío en el cuerpo, si le doy el poder, no me va a fallar. Él ya sabe como. Necesita de mi atención e usos inteligentes. De mi respeto y amor. De mi comprensión y coherencia.

Es por eso que, cuando en un partido te sientas descentrado, entre punto y punto, contacta con tu cuerpo, se presencia en él, encontrando así tu refugio, encontrando así tu centro.

Sin embargo, el poder del cuerpo sobre la mente termina aquí? No, ni mucho menos! No tengo ningún reparo en afirmar que el uso inteligente del cuerpo es una de las herramientas más poderosas de las que disponemos.  

Tu cuerpo es tu máxima herramienta de expresión, poder y ser.

A lo largo del Método Talento Felino, un método creado específicamente para deportistas y personas comprometidos con su proceso de mejora, explico como, además del cuerpo como medio de expresión y creación, lo podemos utilizar (con amor y coherencia) para aumentar nuestro rendimiento y desbloquear todo nuestro potencial. En total son 6 los usos que le podemos dar al cuerpo:

  • Templo (presencia y cuidado).
  • Mensajero (escucha e interpretación).
  • Canalizador (energía y talento).
  • Regulador (estados emocionales).
  • Potenciador (confianza).
  • Refugio (centramiento).

Si te gustaría saber más a cerca del Método Talento Felino puedes entrar AQUÍ.

“¿Quién soy? ¿Cómo es mi cuerpo? ¿Que hay en mi cabeza? ¿Por qué algunos días me siento tan mal dentro de mi propia piel? Éste es el tipo de preguntas que todo el mundo acaba planteándose un día u otro, sobre todo cuando el cuerpo en cuestión empieza a protestar y nos sugiere que también a él, como a nosotros, le gustaría ser de otra manera”. Thérèse Bertherat.

Si previamente has trabajado los aspectos mentales (creencias, interpretaciones, pensamientos,…) y ahora dedicas tu tiempo y tu energía a centrarte en la mejora del uso inteligente del cuerpo, obviamente, el diálogo interno mente-cuerpo/cuerpo-mente del que antes te hablaba será más claro, fácil, sin interferencias, transparente, potenciador, posibilitador, de mutuo enriquecimiento y totalmente adaptativo. Si eres capaz de transitar los dos caminos y en las dos direcciones podrás comprobar que es cierto, que todos los caminos llevan a Roma, y más concretamente e importante: QUE TODOS LOS CAMINOS LLEVAN A TU SER!

Àlex Sorribes 

EMPEZAMOS?? Puedes citarme en una SESIÓN GRATUÏTA AQUÍ

En esta primera sesión te acompañaré a:

1. Tomar consciencia de que tipo de jugador eres y que es lo que está limitando tu talento y tu potencial. 

2. Crear tu jugador ideal y trazar un camino para empezar a caminar hacia tu mejor versión desde HOY.

3.  Realizar un plan de acción para aumentar tu rendimiento y elevar tu bienestar, con herramientas y ejercicios prácticos concretos y de fácil aplicación. 

Y una vez terminada la sesión te enviaré un audio-resúmen con lo más relevante y la explicación de cada una de las actividades y/o herramientas propuestas.